Consumo energético de tu hogar
El consumo energético se obtiene de la multiplicación de la demanda energética por la eficiencia de las instalaciones. Qué necesidades tenemos de consumir y cuánta y cómo son capaces de aprovechar las instalaciones de nuestra vivienda. El consumo de energía en los hogares españole se reparte a groso modo de la siguiente forma. Los sistemas de aire acondicionado se llevarían en el entorno del 1% anual. Para iluminar nuestros hogares usamos un 5%. La cocina se lleva el 8%. Y el agua caliente sanitaria anda por el 18%. Nuestros electrodomésticos se llevan el 25%, y la calefacción el 43%.
Si nos fijamos solo el agua caliente sanitaria y la calefacción acaparan el 60% del total de consumo de energía en el hogar. Con los electrodomésticos nos llevamos la cuarta parte del total. Esto nos da pistas sobre qué instalaciones y sistemas debemos fijarnos para reducir el consumo energético del hogar. Para tener una visión global del gasto de energía, pensad que en los hogares se consume el 30% del total de energía que precisa nuestro país.
La demanda energética
La demanda energética es la cantidad de energía necesaria para mantener en unas condiciones determinadas el interior de los edificios. Esas condiciones son las del confort higrotérmico, el lumínico y las de habitabilidad del espacio. Bien esta cantidad de energía necesaria es la que precisamos para tener agua caliente sanitaria, mantener la calefacción, o la refrigeración en verano, y la iluminación y ventilación suficientes. Existen una serie de factores que influyen notablemente en la demanda energética.
La zona Climática y la ubicación
Es obvio que no son las mismas condiciones climáticas las del Sur de la península que las del Norte. Así las cosas la demanda de energía varía si es para calentar o refrigerar en ambas zonas. No se necesita para cada acción la misma cantidad en el Sur o en el Norte. A la hora de calcular las instalaciones necesarias se usa la demanda media de cada zona. Al tiempo la ubicación del edificio también influye. Compartir medianerías (casas adosadas) o ser una vivienda aislada, modifican los cálculos de las instalaciones necesarias, y por ende la demanda energética precisa.
El uso del edificio
Esto es de pura lógica el uso que se le da a cada edificio predispone unas demandas diversas. No es lo mismo el uso residencial que el terciario. La demanda energética en hospitales o centros comerciales no puede ser la misma que la de un edificio de viviendas. Aforos, horarios de uso, también influyen en la demanda energética.
La envolvente del edificio y su diseño
Ya os hemos hablado de este factor como diferenciador en la eficiencia energética. La envolvente del edificio está conformada por fachadas, cubierta y suelos. También por los huecos de fachada y los diferentes puentes térmicos existentes. No en vano la envolvente aísla en gran medida a los usuarios del ambiente exterior. La composición de la envolvente, así como su diseño debe perseguir mantener unas condiciones internas estables y por consiguiente reducir la necesidad de demanda energética. El diseño del edificio y por supuesto los materiales empleados son claves para conseguirlo.
Aprovechar la orientación en el diseño del edificio para usar las condiciones climáticas en nuestro beneficio. Los vientos, las temperaturas medias, por donde tendremos el sol y a qué horas. Todo esto influye para el diseño de la casa y para reducir la demanda energética necesaria. De todos los factores que influyen en la demanda energética es evidente que la envolvente y el diseño son los que nos permiten actuar para reducir la misma. Hay otros como el lugar donde se sitúa nuestra casa que son impuestos. Para ir en pos de la eficiencia energética tras hacer todo lo posible en la demanda, nos queda darlo todo con las instalaciones…